¿QUIÉN ES MARTÍN?
Soy Martín Guerra, un joven emprendedor de Joaquín Suárez, Canelones.
De oficio soy metalúrgico y director de El Rey del Poliuretano, una empresa que he levantado con esfuerzo, dedicación y mucha pasión. Siempre me caracterizó mi forma de ver las cosas: donde otros ven un obstáculo, yo intento encontrar una oportunidad.
En 2024 tomé una decisión que cambió mi vida: compré el mítico avión de Neptunia. Al principio fue un impulso, una idea loca que surgió con la intención de convertirlo en un hospedaje personal y diferente. En ese momento, mi empresa atravesaba una situación crítica por un accidente que casi nos deja fuera de juego.
Aun así, decidí seguir adelante. Confié en mi instinto y en el poder de soñar en grande.
El día del traslado del avión entendí que lo que había empezado como un sueño personal tenía un potencial mucho mayor.
La repercusión fue inmediata: muchas personas se acercaron interesadas en ser parte del proyecto, asociarse o incluso comprarlo. Lo que comenzó como una idea mía empezó a inspirar a otros, y eso me impulsó a dedicarle todo mi tiempo, energía y capital para hacerlo realidad.
Hoy, mi objetivo es crear un hospedaje único en Uruguay, que una historia, innovación y conexión humana. Una experiencia capaz de demostrar que, con pasión y perseverancia, los sueños —por más imposibles que parezcan— pueden tomar forma.
La experiencia de vivir
lo imposible
Imaginá tener un avión histórico transformado en tu refugio privado, exclusivo para vos y tu familia. Un espacio único, con todo el confort y rodeado de naturaleza.
La experiencia principal consiste en conectar la historia del país y de este mítico avión con un entorno de paz y armonía. Para hacerlo posible, recorrimos casi 50 chacras en 4 departamentos hasta encontrar el lugar perfecto: un punto estratégico que combina buen acceso logístico, vistas privilegiadas, serenidad y contacto directo con la naturaleza.
Así elegimos la chacra ideal, en las Sierras de Minas. El proyecto tiene como eje central un avión transformado en vivienda premium de más de 30 m². En su interior, los huéspedes disfrutarán de un dormitorio con baño en suite, un living confortable y una pequeña cocina con frigobar, todo diseñado con un estilo moderno y minimalista, pensado para ofrecer comodidad y calidez.
Al descender por la escalera del avión, los visitantes se encontrarán con una barbacoa amplia y funcional de 80 m², equipada con una gran parrilla al estilo uruguayo, dos dormitorios adicionales y un baño extra. Este espacio está pensado para compartir con familia o amigos sin perder privacidad ni confort.
El corazón de la experiencia está en la interacción entre los espacios: mientras uno prepara un asado en la barbacoa, puede contemplar a su familia disfrutando de la piscina climatizada, con vistas únicas al atardecer.
Sobre la piscina, a 2,5 metros de altura, descansa el histórico avión, convertido en el símbolo y protagonista de toda la estadía.
La propuesta es privada y exclusiva: el huésped será dueño del avión por dos noches.
Vivirá la experiencia de tener un avión histórico privado, enclavado en un entorno natural incomparable, con piscina climatizada y el auténtico ritual del asado uruguayo frente a las Sierras de Minas.
Más que un hospedaje, esta es una experiencia única en Uruguay.
ETAPA 1 : Compra del
icónico avión
Después de seis meses de cotizaciones inalcanzables y una interminable coordinación logística, finalmente logramos reunir a todas las empresas necesarias para retirar el avión de la casa.
Fue una tarea que, sinceramente, subestimé al principio. A pesar de tener conocimientos básicos de logística, no consideré el largo de las piezas ni la presencia de cables de alta tensión. Simplemente pensé:
“Si alguna vez lo pusieron ahí, también podremos sacarlo”.
Y así fue. Desde ese momento, el avión fue directo al depósito en Montevideo, donde aguardó pacientemente el comienzo de la segunda etapa.
ETAPA 2 : Búsqueda y adquisición del terreno
Después de visitar más de 50 chacras, ¡esta fue la elegida! Lo que al principio parecía una decisión sencilla terminó convirtiéndose en un verdadero callejón sin salida. La ubicación podía variar muchísimo y, con un presupuesto ajustado, la elección se hacía cada vez más difícil.
Por suerte, la gente de la inmobiliaria, al conocer el proyecto, decidió apoyarnos consiguiendo esta propiedad a un precio accesible y con una financiación acorde. Además, gracias a varias personas que se acercaron para colaborar en la primera entrega de capital, pudimos concretar finalmente la compra.
ETAPA 3 : Planificación
del proyecto
Replanteamos todo en el terreno, limpiamos la punta del cerro y ganamos metros cuadrados extra para que el avión pudiera entrar. Además, definimos la disposición general que tendría dentro del espacio.
Aún no llegamos a un resultado final, pero avanzamos mucho en la estética del proyecto. Junto con el equipo de arquitectos trabajamos en los bocetos, el diseño, la composición del entorno y la ubicación de cada elemento para lograr una integración armoniosa entre el avión y el paisaje.
ETAPA 4 : Traslado
del avión
Con el proyecto definido y la propiedad ya reservada, realizamos el traslado del avión desde el depósito en Montevideo hasta Minas, Lavalleja.
La idea original era posicionarlo en su lugar definitivo el mismo día del traslado, pero debido a los permisos de habilitación de obra y otros requisitos pendientes, aún queda mucho por hacer antes de poder montarlo.
Por eso, para seguir avanzando en el proyecto, decidimos trasladarlo y dejarlo en el suelo, mientras esperamos las habilitaciones y la viabilidad necesarias para comenzar con la obra.